Μονή του Αφέντη Χριστού, 28-XII-2007
El camino me eleva, me eleva, pero no se ve el monasterio. Es ciertamente un lugar diseñado para desaparecer. El Monasterio de Afendis Jristós(1) se salvó de los turcos gracias a la orografía de la isla.
Escucho el temible ladrido de unos perros. Me voy acercando, veo el monasterio: vallado, en obras. No hay atisbos de que esté habitado. Al parecer un temblor de tierra consiguió en un día lo que los turcos no consiguieron en años. Gracias a Dios lo están reconstruyendo para salvar la historia. Es terrorífico el movimiento de este animal cretense cuando se despereza en medio de su sueño. Arroja rocas sobre el mar y derriba monasterios. Luego vuelve a dormirse, como si en su arrugada piel todo siguiera intacto.
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(1) Nuestro Señor Jesucristo.
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