Ofrenda

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martes, 5 de abril de 2011

LUCES DEL PIREO


Blue Star I, 24 – XII – 2008

Si hubiera tenido que dar un par de pasos más, creo que hubiera llegado a Rodas por mi propio pie. Los barcos del Dodecaneso atracan ahora en la puerta 1 del Pireo y eso está a más de media hora caminando desde la salida del metro.
Siempre me ha gustado la estación de metro del Pireo, hay algo mágico en ella; la luz sabe como filtrarse por ventanas y rendijas para dar a los andenes un color de oro añejo. Ahora han puesto reproducciones de cuadros en las paredes.
He cogido un camarote. Intentaré dormir hasta llegar a Rodas y pasear la mañana de Navidad con la mente despejada y los ojos claros. El camarote es discreto, sin ventana pero con un baño amplio. Dejo mis cosas y subo a cubierta para contemplar como se alejan Atenas y el Pireo. Hace frío y sopla el viento.
Temeroso de acatarrarme, busco un lugar en el salón de fumadores y pido un café caliente. Poco después una pareja joven me pide permiso para sentarse y compartir mi mesa. Charlamos. Ella es de Atenas y él de la cercana Salamina. Van a Syros a pasar las fiestas navideñas. Me preguntan por mi destino y luego por el motivo de mi viaje.
— ¿Vive su familia en Rodas?
Les digo entonces que no, que soy español. Su sorpresa me hace sentir orgulloso.


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