Ρέθυμνος, 31-XII-2007 

ΟΙ ΑΓΙΕΣ ΔΕΚΑ ΠΑΡΘΕΝΕΣ(1)

Me despierta temprano la luz de este último día del año. ¡Por fin termina! ¡Qué poco me ha gustado! Accidente, convalecencia, traslado, enfermedades de los otros, un trabajo que no me satisface...
Cambio el coche de sitio, estaba en zona de pago. Lo dejo a la sombra de una mezquita. Mi primera impresión es que Réthimno debe ser la ciudad griega que más mezquitas conserva.
     Paseo lentamente las calles de la ciudad sólo con el cuaderno y la cámara de fotos, pero todo me pesa; aún me siento mal, débil por el día de ayer. Tengo agujetas en todo el cuerpo; no estoy habituado a vomitar y el malestar pasado me ha dejado roto. 

     A causa de la debilidad no consigo que la viva ciudad me transmita su entusiasmo de mercado abierto al día.
     Entro en la primera iglesia. Dos velas. La primera a Agios Nektarios, le pido fuerza y salud para el día. La segunda a Agía Anastasía, que consuma en la cera de esta vela la presencia de personas e ideas persistentes en mi cabeza.
     Subo a la fortaleza veneciana. Dentro algunas ruinas de diferentes edificios: iglesias, dependencias civiles y mezquitas. Desde lo alto se puede ver toda la extensión de la ciudad acariciada por el Egeo; limitada a su espalda por el imponente macizo del Psiloritis.
     Al bajar degusto las calles que rodean el viejo puerto.

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(1) Las diez Santas Vírgenes.