Ofrenda

Ofrenda
Ofrenda

sábado, 19 de marzo de 2011

Ερμούπολη, 31-Dic-04

La señora Esperance se alegra de mi vuelta al hotel, ya me había vaticinado esta nueva Casandra que tendría que volver a por más ropa, que hace fresco para ir por las calles con una camisa tan ligera. Ella, dice, desde que era niña tiene frío siempre. En pleno verano dormía con una manta. Su madre, que Dios tenga en el paraíso, añade, se avergonzaba por las mañanas al airear la ropa de cama en las ventanas y que las vecinas vieran una manta en pleno Julio. Tuerce el gesto y disgustada dice: ahora las mujeres ya no airean la ropa; trabajan fuera y ya no tienen tiempo para la casa.
Entonces llegan a mí imágenes de ventanas llenas de sábanas en aquellas frescas mañanas atenienses de octubre. Son imágenes antiguas, con un sol sepia sobre las blancas telas. Ya no se ve en Atenas esta escena. Era por eso por lo que las camas olían a viento y tráfico en la ciudad, a estrellas de mar y algas en las islas, a espliego, incienso y plegarias en las montañas de Meteora.

Un par de ancianos cantan bajo mi ventana: “Τα κύματα στα βράχια σου, σου γράφουνται τραγουδια…”[1]



[1] “Las olas en tus rocas te escriben canciones”…

No hay comentarios: