Ofrenda

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miércoles, 6 de abril de 2011

UN ÍNDICE DE DESPEDIDAS


Kafeneíon Plateía EleuqereíaV, 3 – I – 2009

Me despierto con un hambre feroz y me doy cuenta de que ayer no volví a comer después del mediodía en la playa. Abro el balcón, la lluvia coquetea con un cielo gris y un suelo húmedo sin llegar a decidirse. Salgo a comprar una bugatsa y a tomar un café. Casi todo está cerrado y de repente la lluvia.
Doy un paseo corto de música y pereza y regreso al hotel. Preparo lentamente la maleta. Hoy toca viaje, un nuevo viaje y otra despedida. Último tramo: Kos-Atenas.
Es curioso que esta última (o penúltima, o antepenúltima) despedida sea la que menos duele. Al final la ciudad ha seguido muda y sólo he conseguido escuchar las palabras que yo mismo he inventado.
Ruinas abiertas como parques de la ciudad, columnas caídas y gatos con hambre. La Fortaleza Medieval de los Caballeros para mí solo, como ayer el Asclepios. Me gusta ver las ruinas vacías, pero también es cierto que la soledad y la lluvia las hace más tristes, más ruinas.
Un museo pequeño y caro con sólo un par de piezas de interés; el mosaico de Hipócrates y un Hermes de mármol amarillo, como las hojas que alfombran ahora el suelo de esta plaza y como los toldos del café que discuten a voces con el viento.


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